Autocompasión

por | Sep 22, 2020

¿Has notado que en ocasiones eres experto a la hora de ser compasivo con otros y que no lo eres de la misma manera contigo? La compasión es igual de importante tanto para contigo mismo como para con los demás. Para profundizar un poco más en el tema, vamos a desglosar qué es la autocompasión para así poder usarla a nuestro favor. La Dra. Kristin Neff, experta en estudios sobre la autocompasión, la define como “el acto de tratarse a uno mismo de la misma manera en la que trataría a quienes le importan, con apoyo, ánimo y calidéz”, y está compuesta por tres elementos: Bondad hacia uno mismo, humanidad compartida y atención plena.

Bondad hacia uno mismo vs. juicios

Cuando tienes un desliz o un tropezón, ¿qué te dices a ti mismo? ¿Te juzgas o eres bondadoso? Responderte a ti mismo con bondad es una manera de consolarse activamente en forma de palabras. Es aceptar que no somos perfectos y permitirnos ser amables con nosotros mismos en esos momentos de imperfección. #MenosAutocríticaMásBondad

Veamos un ejemplo:

Juicios: “¡Olvidé mi almuerzo en el refrigerador! ¡Qué olvidadizo que soy! Nunca podré bajar de peso si ni siquiera puedo recordar traer mi almuerzo.”

Ser bondadoso con uno mismo: “¡Olvidé mi almuerzo en el refrigerador! Realmente quería comer esa comida saludable que me esforcé por dejar lista desde la noche anterior. No importa, esas cosas pasan ¡lo comeré mañana!”

¿Con cuál de esos ejemplos te sientes identificado? El tomar consciencia sobre la manera en que reaccionas ante tus errores, te ayudará a dejar de lado la autocrítica y reemplazarla por bondad hacia tí mismo.

Humanidad compartida vs. aislamiento

Cuando cometemos errores o nos encontramos ante una situación complicada, es común sentir que somos los únicos que estamos experimentado esas emociones. Sin embargo, todas esas emociones son las que nos hacen humanos, todos experimentamos adversidades. En lugar de aislarte, recuerda que no estás solo y evita compararte con los demás.

Veamos un ejemplo:

Aislamiento: “Cada vez que me peso, los números de la balanza/báscula fluctúan. Soy el único que presenta dificultades para perder peso, todos mis compañeros del grupo siguen progresando. ¡Nunca alcanzaré mi peso objetivo!”

Humanidad compartida:  “Cada vez que me peso, los números de la balanza/báscula fluctúan. Recuerdo que la semana pasada, un compañero del grupo comentó que estaba teniendo el mismo problema. Veo que otras personas experimentan lo mismo que yo en sus procesos de pérdida de peso y que las fluctuaciones son parte del proceso.”

Estate atento a esos momentos en los que tiendes a aislarte. Intenta cambiar tu perspectiva enfocándote en aquellas personas que han pasado por lo mismo.

Y por último, aunque no menos importante, veamos cómo la atención plena puede ayudarnos con la autocompasión.

Atención plena vs. sobre identificación

Cuando tengas momentos difíciles, toma consciencia de las emociones que sientas en lugar de reprimirlas. Identifica qué es lo que estás sintiendo y abstente de emitir cualquier tipo de juicio que puede surgir en torno a tus emociones. Ser consciente de tus emociones es distinto a perderte en tu propia historia y alimentar el drama.

Veamos un ejemplo:

Sobre identificación: “Lo he estropeado por completo durante el fin de semana y he superado mi presupuesto calórico. Me siento desanimado… Es imposible mantenerse dentro del camino durante estos eventos sociales cuando todo el mundo puede comer lo que desea. ¡Qué injusto! Si sigo tropezando, nunca lograré perder peso.”

Atención plena: “Lo he estropeado por completo durante el fin de semana y he superado mi presupuesto calórico. Me siento triste por no poder mantenerme dentro de mi objetivo. Este tipo de tropezones no me animan.”

Tómate un momento y reflexiona: ¿Cuál de los 3 elementos de la autocompasión te resultó más familiar? ¿Con cuál sentiste que tuviste mayores dificultades? Si deseas explorar un poco más, puedes realizar el siguiente cuestionario para conocer tus niveles de autocompasión e identificar las áreas de autocompasión que has estado fomentando y en las que necesitas trabajar.

Una manera simple para ayudarte a practicar la autocompasión es, cuando estés atravesando por un momento difícil, piensa en algún amigo o familiar cercano. Imagina que esa persona se acerca a ti con ese mismo problema, ¿qué les dirías? Toma todas esas palabras compasivas y úsalas para ti mismo. #LoMereces

Referencia: Neff, Kristin. Sé amable contigo mismo: El arte de la compasión hacia uno mismo. New York: HarperCollins, 2011. Print

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